El yo nos atrapa en juegos emocionales y pensamientos extenuantes. El ser nos acoge y cobija con una fuente de luz inagotable.

En este retiro te invitamos a observar con una mirada despierta y amable lo que surge en tu mente, en tu corazón; a identificar los ruidos internos y bajar su volumen; a observar los nubarrones y permitir que se alejen.

Ir al encuentro de nuestra esencia desde el silencio y la quietud, para descansar. Volver a casa.

Desde el ser, las heridas se calman, las distancias se desdibujan, lo ajeno se convierte en familiar. El sentido del yo, rígido y limitante, se abre como una flor y nos regala el perfume de nuestra verdadera naturaleza. 

¿Quieres descubrir ese tesoro que guardas en tu interior?

¡Únete a nosotros!

Sandra